jueves, 12 de marzo de 2009

My Name Is Bruce - Hail to the Bruce, baby!


Sinopsis (de FilmAffinity): Un pequeño pueblo es asediado por un grupo de demonios después de que unos adolescentes desaten una antigua maldición. Los habitantes recurrirán al actor Bruce Campbell y se verá inmerso en una película de Serie-B. Pese a sus protestas y su intento de convencer a los habitantes de que tan sólo es un actor, se verá obligado a convertirse en el heroico personaje que suele interpretar y salvar al pueblo.



Bruce Campbell es una verdadera estrella. Y no es un mito porque de repente haga una peli en la que hace parodia de sí mismo, no. Eso lo puede hacer cualquiera, hasta Van Damme, y sin erótico resultado. Es un mito porque es un verdadero estandarte de la serie B, además de ser la clave de que Sam Raimi llegara a ser quien es, y que la saga “Evil Dead” haya quedado grabada a fuego en nuestras mentes. Eso tiene mérito, consiguió dar vida al posiblemente personaje más carismático que he visto en una pantalla, con permiso de Corleones, Montanas, McClaines y demás. Es Ashley Williams el verdadero héroe, el verdadero antihéroe, el verdadero tipo con carisma. Y ahí se quedó nuestro amigo estancado, protagonizando tanto bazofias como buenas películas, pero todas de serie B y en todas aportando el carisma que tiene, de una manera cada vez más forzada.


Pero gracias a cosas como esta, se ve que nuestro amigo no está muerto. Ni siquiera en un mal momento. Lo cierto es que su gran momento siempre estuvo con Raimi, y en calidad casi se puede decir que el gran momento de Raimi estuvo con Campbell.


Se le podrá achacar que su humor es de un infantil del tipo «Hijo, escríbeme alguna frase graciosa aquí» que aterra en bastantes ocasiones, que su aire de autoparodia se note en más ocasiones de las debidas, que el aire ochentero desaparezca debido a la fotografía y demás, y sobre todo, que no haya bichos a lo Harryhausen, pero... en el resto, nos encontramos ese punto de partida que de tan absurdo que es tiene que ser aplaudido, esos otros gags escritos en momentos más inspirados, ese aire de auto-homenaje merecido, esos cameos de personajes que parecían desvanecidos del mundo hace mucho tiempo, ese Ted Raimi que aunque siempre hace del mismo cateto, siempre acaba alegrando un poco el día, y en definitiva, ese viaje tan entrañable que nos propone el señor Campbell.. Un señor homenaje, desde luego, más que una auto-crítica (que es auto-parodia). No es lo bueno que uno querría, ni tan siquiera lo largo, y le falta chicha, pero acaba siendo algo que no se puede olvidar.


Seguramente aquellos no aficionados a las pelis de Bruce Campbell, la peli les parecerá tan buena como hacerse la sonrisa del payaso, pero es que realmente para ellos no va dirigida, y eso está clarísimo. Aunque lo mismo sería disfrutable y todo.


El caso es... que vivan las motosierras, las escobas de fuego y la serie B. Y que viva Ash Williams, cuyo espíritu sigue vivo en infinidad de cómics que incluye hasta a los Marvel Zombies.


Nota: un 6.


0 pinchazos: