lunes, 24 de agosto de 2009

15 minutos de AVATAR

Ojalá pudiera empezar este articulillo diciendo: "Me corrí". Pero no puedo decirlo, porque sería mentir. Aunque tal cosa no quiere decir que saliera del cine sin una gran sonrisa en la boca. Para empezar, hay que ponerse en contexto.
No fui al pase recién vestido, precisamente. Básicamente, venía después de una merienda en lo que viene a ser mi querida facultad de periodismo, lo que significa que aparte de berberechos, olivitas, patatas y salsa de mejillón, pues había algo de ron. No como para morir ni nada, pero bueno, la cosa es que he aprendido una valiosísima lección: el 3D hay que disfrutarlo sin ninguna gota de alcohol, porque se nota, y mucho. O a lo mejor es que el 3D de los Cinesa es basura, pero no lo creo.

lunes, 17 de agosto de 2009

Wanted: El cómic contra la peli

No sé quién fue el analfabeto que hizo la adaptación del cómic brutal de Mark Millar al papel para que el alucinógeno de Timur Bekmambetov (intentad repetir su nombre dos veces y quizá las cuerdas vocales os revienten) lo filmara. Al parecer fueron cuatro tíos, no uno ni dos, cuatro. Y hay que ver.
A ver, poniendo en situación: Wanted era un cómic que desde hacía mucho tiempo tenía ganas de leerlo, a pesar de saber que con Mark Millar te puedes esperar cualquier cosa, y sobre todo mucha publicidad encubierta a modo de iPods, MSN, Google y cosas así (es la forma más fácil de hacer saber que Ultimate X-Men es como una revisión a lo siglo XXI). Pero lo poco que sabía de él me interesaba. El caso es que la peli se anunció, y empezó a hacerse, y yo sin pelas para el cómic. Pero vamos, que me acabé tragando la peli en cines antes de leer el tebeo de marras. Y me gustó. Y eso que iba muy desconfiado porque el Timur es un porrero y sus Guardianes del LSD me provocan gastroenteritis y carcajadas involuntarias y un aburrimiento atroz. Y me encontré con la peli gamberra y exagerada del verano, como había sucedido con Shoot 'em Up el anterior año. Un argumento insulso, muchos tiros, hostias y flipadeces. ¿Qué más podía pedir?