
Sinopsis (de FilmAffinity): Un pequeño pueblo es asediado por un grupo de demonios después de que unos adolescentes desaten una antigua maldición. Los habitantes recurrirán al actor Bruce Campbell y se verá inmerso en una película de Serie-B. Pese a sus protestas y su intento de convencer a los habitantes de que tan sólo es un actor, se verá obligado a convertirse en el heroico personaje que suele interpretar y salvar al pueblo.
Bruce Campbell es una verdadera estrella. Y no es un mito porque de repente haga una peli en la que hace parodia de sí mismo, no. Eso lo puede hacer cualquiera, hasta Van Damme, y sin erótico resultado. Es un mito porque es un verdadero estandarte de la serie B, además de ser la clave de que Sam Raimi llegara a ser quien es, y que la saga “Evil Dead” haya quedado grabada a fuego en nuestras mentes. Eso tiene mérito, consiguió dar vida al posiblemente personaje más carismático que he visto en una pantalla, con permiso de Corleones, Montanas, McClaines y demás. Es Ashley Williams el verdadero héroe, el verdadero antihéroe, el verdadero tipo con carisma. Y ahí se quedó nuestro amigo estancado, protagonizando tanto bazofias como buenas películas, pero todas de serie B y en todas aportando el carisma que tiene, de una manera cada vez más forzada.