El pasado año, a eso del Día de Todos los Santos se produjo un evento sin parangón: el Festival Mundo Idiota, que reunió sobre el escenario de una extrañísimamente abarrotada (y ahora diré por qué) sala Heineken, a tres de los mejores grupos de humor españoles: Los Gandules, Engendro (el grupo paralelo de versiones de Juan Abarca, líder de Mamá Ladilla) y Los Petersellers (con "nuevo" cantante). Estos grupos, por separado, tocan en Gruta77 sin llenar, o si acaso Los Petersellers han llegado hasta la sala Caracol, eso sí, con teloneros y demás, y presumiblemente con una baja asistencia. Pero el caso es que se agotaron las entradas como una semana antes, aunque luego pusieron 100 en taquilla, buenos que fueron. Y triunfó el evento, y aunque Los Petersellers decepcionaron con ese cantante cuyos chistes no hacían realmente ninguna gracia, su labor de frontman era más bien mediocre y encima se olvidaba de algunas letras y el setlist no fue el mejor (pero esto último ya son cosas personales), el festival solo se puede definir como: UNA TOTAL Y ABSOLUTA PARTIDA DE CULO. Tronchante de principio a fin.
Y repitieron, vaya si repitieron. Tenían que hacerlo. Esta vez en Jalogüin, coincidiendo con bastantes conciertos, y cambiando de sala, esta vez a La Riviera. Y volvieron a agotar una semana antes. Y volvieron a poner entradas a la venta en taquilla, y volvieron a agotar. Y volvieron a triunfar. Esta vez, el cartel lo componían El Hombre Linterna, El Reno Renardo (por primera vez en Madrid), Mamá Ladilla y, encabezando el cartel, Los Gandules tras su triunfo arrollador el pasado año como primer grupo, pero esta vez acompañados de banda, no sólo los dos en acústico, y con los Artistas del Gremio, la orquesta de charanga más barata y por lo tanto la mejor que encontraron.
Eran las 6 de la tarde cuando abrieron las puertas, y en escasos minutos, cuando la sala ya presentaba un aforo decente, salió Juan Luis Cano (Gomaespuma) como presentador de la fiesta, para introducir a El Hombre Linterna, banda formada por colaboradores de El Hormiguero (se podría decir que lo salvable del programa), y que versionan temas de series de nuestra infancia ochentera/noventera. Y para abrir boca, es una de las mejroes cosas que se pueden hacer. Animan a un muerto, y es casi imposible no cantar todas y cada una de las canciones (salvo quizá su única creación original, con el mismo nombre del grupo). Muy divertidos entre canción y canción, con un Damián con un aspecto ristoide ataviado con un rabo de mono muy saiyan, y que en cierto momento se puso también un visor para interpretar el tema de Dragon Ball. Cayeron temás como Sílbame (de La Vuelta al Mundo de Willy Fog), El Príncipe de Bel-Air, Campeones (con intro paródica a más no poder), D'Artacán y los Tres Mosqueteros, David el Gnomo o Fraguel Rock como final de la función. Una positiva sorpresa para mí, que no esperaba mucho de estos muchachos y lo hicieron cojonudamente para caldear el ambiente desde tan pronto.

Siguió Mamá Ladilla en el para mí más decepcionante concierto de la noche. Como no soy muy seguidor de ellos, pues pocas canciones me sabía, aunque sí que tenía constancia de, por ejemplo, Sube a Mi Nave mix, Devórate Otra Hez, Cunnilingus Post Mortem o Surfin' Papa, con la que abrieron tras la intro con En el Vergel del Edén. Un concierto muy punk, sin apenas interacción del grupo con el público (lo cual me parece un absoluto error), y con un público muy agitado y cafeteril, pogo continuo y un poco molestos los que empujaban a todo quisqui, la verdad.

Esperemos que tenga continuidad esto, y siga creciendo yconsigan en algún momento reunión de Gigatrón o los Berzas. Y que Los Gandules vivan mucho tiempo.
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